Jorge Tobares
Analista financiero de ProfitWay México
El dólar estadounidense, medido por el índice DXY, cierra la última semana de negociación de 2022 con pérdidas, registrando la tercera caída semanal consecutiva en ausencia de publicaciones de datos macroeconómicos de alto impacto y en medio de un volumen de operaciones reducido.
Al momento de escribir, el DXY cotiza en el área de 103.50, 0,25% por debajo de su precio de apertura del viernes y 0,73% más bajo en la semana.
Los datos de ISM y S&P Global PMI de la UE y EE.UU. estarán en la agenda económica durante la primera semana de 2023, pero lo que es más importante, Estados Unidos publicará su informe de nóminas no agrícolas de diciembre, el cual podría influir en las expectativas con respecto a la decisión de la Fed del 1 de febrero. Por ahora, los inversores están apostando a mayores probabilidades del 69,7% de un aumento de 25 pb y del 30,3% de un aumento de 50 pb.
Desde una perspectiva técnica, aunque el índice DXY muestra un sesgo negativo a corto plazo, el panorama general sigue siendo alcista ya que el precio se mantiene por encima de una línea de tendencia ascendente trazada desde los mínimos de mayo de 2021.
Aun así, el índice ha protagonizado una fuerte corrección a la baja durante el último trimestre del año, presionado por las expectativas (y la realización) de una Reserva Federal menos agresiva, que envió al DXY desde un máximo de más de 20 años de 114.78 en septiembre a los niveles actuales alrededor de 103.50 para cerrar el año.
El DXY, sin embargo, mantiene una ganancia superior al 8% para el 2022. Un quiebre por debajo de la línea de tendencia mencionada alrededor de 102.00 podría deteriorar la imagen a largo plazo. Por el contrario, una recuperación por encima de la media móvil de 20 semanas en torno a 108.50 podría reactivar la tendencia alcista.
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