La principal tarea para el ser humano desde tiempos inmemoriales ha sido conseguir alimentos, en agua en tierra y en el aire. En la vida silvestre.
Hoy en día, solo los cazadores profesionales pueden realizar sus instintos masculinos en la cacería o pesca. Un habitante común de una ciudad tiene la oportunidad de cazar o pescar a gusto sólo un par de semanas cuando está de vacaciones. A menos, por supuesto, que no tenga que llevar a la familia a una playa.
No abdominales, sino estrés eterno
Científicos de la Universidad de Montreal (Canadá) han llegado a la conclusión de que la imposibilidad de realizar la agresión emocional de cacería en la vida cotidiana lleva a más del 40% de los hombres de mediana edad a la infidelidad familiar, apuestas y al alcohol.
La monotonía e inmovilidad física que caracterizan el trabajo de los vendedores y empleados bancarios, todo tipo de asesores y otros que están sentados frente una computadora, lleva al cuerpo masculino a un estado de terrible estrés por la adrenalina.
Y como resultado, es una depresión crónica y una aspiración insana a las emociones intensas.
Más el “callo laboral” alrededor del ombligo. Después de todo, el cuerpo de cualquier caballero acumula cuidadosamente las reservas de combustible en el abdomen, para el caso de muchos días de viajes de caza hambrientos. Si no hay una cacería plena, entonces no hay cuadros en el abdomen masculino.
No somos esclavos, los esclavos no somos nosotros
Una solución parcial del problema anterior, es el entrenamiento de fuerza regular en el gimnasio. Así, al menos, se puede quemar a propósito el exceso de grasa existente y prevenir la aparición de nuevas capas.
Otra pregunta es que la mayoría de los reclusos en la oficina simplemente no tienen la oportunidad de apartar tiempo para actividades deportivas sistemáticas. Porqué todo tipo de jefes por alguna razón consideran sinceramente a sus empleados no como trabajadores, sino como esclavos, que están obligados a atender llamadas las 24 horas, escribir correos urgentes y solucionar problemas.
Entonces, al estrés fisiológico del hombre promedio, se agrega el llamado síndrome del asesor. Es la incapacidad, incluso después de terminar el día laboral de abandonar los asuntos de oficina. Por cierto, los antiguos chinos notaron sutilmente que hay una cantidad limitada de libertad en el mundo.
Y si algunos no la tienen en absoluto, otros la tienen en exceso. En otras palabras, los grandes jefes, por medio de sus “esclavos” ordinarios, realizan todas sus necesidades, incluyendo las profundamente masculinas.
Por supuesto no solo tienen el dinero, sino también el tiempo para cualquier aparato de gimnasio, pesca e incluso para un safari de leones en África. Tal es la pirámide inhumana legalizada de suprimir de las necesidades básicas.
A la libertad con la conciencia tranquila
Otro lector dirá con tristeza: encantado de deshacerme de la esclavitud de la oficina, solo que la presa para alimentar a la familia necesito comprar por dinero en el supermercado. ¿Y dónde puedo conseguir este dinero, si es precisamente por quitar esta misma libertad que están pagando?
¿Sabías que, según la opinión de los mismos científicos canadienses, la ilusión de ausencia de salida indica un estrés prolongado? Entonces, hay una salida. Basta detenerse por un segundo, evaluar capacidades intelectuales propias y considerar cuidadosamente el mercado de divisas.
Entonces se vuelve inmediatamente obvio: en la profesión de trader, todas las necesidades masculinas se combinan con éxito y se realizan a la vez. En primer lugar, la cacería, porque la búsqueda analítica y el cálculo de posiciones rentables requieren habilidades de un verdadero depredador.
En segundo lugar, el dinero y el tiempo, ya que las ganancias son tan altas como te permitirás y no hay ningún jefe por encima en absoluto. Observar los movimientos de los gráficos se puede en la pesca, y en un yate. ¡Decidanse, hombres!